lunes, noviembre 03, 2008

martes, abril 15, 2008

La Clínica informa.

¡Gobierno cataloga a la marihuana como droga dura!
La ley la pone en la misma categoría que la cocaína

Anótese, tómese razón, comuníquese y publíquese. Así concluye la modificación del artículo 63 de la nueva ley de drogas (20.000), publicado el 19 de febrero pasado en el Diario Oficial, que incluye por primera vez a la marihuana en lista uno, es decir, rotulada como droga dura a la par de la cocaína, el éxtasis y la heroína, entre otras sustancias, catalogadas por el reglamento como “productoras de dependencia física o síquica, capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños a la salud”.
El nuevo marco regulatorio fue firmado por los jefes de las carteras de Salud, Agricultura, Interior y Justicia. La nueva tendencia en materia de estupefacientes, ajena a la mayoría de las regulaciones que rigen en Europa y Estados Unidos, constituye para el abogado penalista Juan Pablo Hermosilla, uno de los escasos interlocutores en materia de drogas en el país, “una pésima señal puesto que se establece una suerte de promiscuidad debido a que se homologa el consumo de marihuana con drogas que realmente matan”. La resolución, agrega, es “un despropósito desde el punto de vista científico, de salud pública y de política criminal”.
La entrada en vigencia del reglamento abre la posibilidad de endurecer las penas no sólo a traficantes, quienes competirán en igualdad de condiciones con los zares de otras drogas duras, sino también para los consumidores, que verán incrementadas las multas puesto que su conducta se podrá considerar un ilícito mayor.
A juicio de Mónica Boneffoa, directora de la Corporación Caleta Sur, una ONG especializada en materia de drogas, no hay estudios públicos que avalen la opinión que el gobierno tiene de la marihuana, por lo que -estima- no queda otra opción que la interpretación política. “Al hacer más rígido el marco jurídico se agudiza el control, contribuyendo a establecer una mirada intolerante sobre el consumo propia de los países con mentalidad conservadora y represiva”, concluye.

Gracias The Clinic.

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